LOS INCENDIOS: NUESTRA SALUD EN RIESGO Y NUESTRO ENTORNO NATURAL ARRASADO
FINALIZA UN FIN DE SEMANA TRISTE PARA TODAS LAS PERSONAS ECOLOGISTAS Y A QUIENES LES PREOCUPA LA SALUD YA QUE LOS INCENDIOS HAN CAUSADO PICOS DE CONTAMINACIÓN ALARMANTES, SITUACIONES PERSONALES DRAMÁTICAS Y CIENTOS DE HECTÁREAS ARRASADAS POR LAS LLAMAS .

“ANTE LOS INCENDIOS PROVOCADOS SALTAN ALARMAS SOBRE LA FALTA DE PEDAGOGÍA RESPECTO A LAS GRAVES CONSECUENCIAS QUE ESTOS CONLLEVAN PARA NUESTRO ENTORNO NATURAL PERO TAMBIÉN PARA LA SALUD DE LAS PERSONAS”

El coste económico y ambiental de los incendios está alcanzando cotas insostenibles, acompañando a la pérdida de biodiversidad de muchas zonas de montaña, la gran mayoría de titularidad pública que pertenecen a juntas vecinales. Suponen además una destrucción masiva de la biodiversidad con pérdida de cubierta vegetal de arbolado o matorral junto con la disminución de la fertilidad del suelo y la destrucción de fauna de diverso tamaño dan un balance desastroso para el medio rural y natural. Las cenizas destruyen nutrientes, el suelo se erosiona y la pérdida de riqueza natural es dramática.

Paralelamente, no hay que olvidar el efecto contaminante del humo haciendo que las estaciones de medición de la calidad del aire suponen los límites saludables para la población. Los picos de contaminación que se registraron en la estación de medición de Maliaño han sido históricos con cifras superiores de 300 ug/m3 de partículas en suspensión, una situación crítica para la salud pública si se mantiene en el tiempo. Unos datos graves y preocupantes consecuencia de los incendios provocados que han necesitado la intervención de decenas de efectivos que han trabajado de forma eficaz para su extinción. Recursos económicos muy costosos que pagamos entre toda la ciudadanía por culpa de la insensata y denunciable actuación de unas pocas personas. Se abrirán diligencias y la ley será eficaz pero cientos de hectáreas han sufrido un impacto devastador que interrumpe los ciclos naturales. Con los incendios aumentan los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, contribuyendo al efecto invernadero y al cambio climático. Todo ello hace de los incendios una lacra que seguimos arrastrando. En esta cuestión, continuamos en la era del fuego. Falta más educación, más prevención y vigilancia y medidas sancionadoras para que paguen los verdaderos responsables.