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ERREFUXA KANTABRIARA EZ, ESKERRIK ASKO

EQUO CANTABRIA VALORA LA IMPORTACIÓN DE RESIDUOS DESDE GIPUZKOA COMO MUY NEGATIVA PARA EL MEDIO AMBIENTE Y PIDE AL GOBIERNO DE CANTABRIA QUE HABLE CLARO SOBRE SU TRATAMIENTO


El origen del problema coincide con el origen de los residuos: Gipuzkoa, que tras haber experimentado la politización de la gestión de sus residuos, no ha sido capaz de planificar un vertedero con capacidad para asumir la carga de la fracción “resto”. Todo ello ante el inminente cierre del vertedero de Lapatz en Azpeitia, y la programada construcción de una incineradora que es rechazada por un gran número de personas que se niega a hipotecar en esta cara máquina contaminante el futuro de la gestión de sus residuos. Gipuzkoa se ha convertido en territorio exportador de basuras: primero al vertedero de Itsasu, en la Iparralde vasco francesa; y luego al vertedero de Funes en Navarra (a 150 kms. de San Sebastian), circunstancia que ha llevado a los vecinos navarros a movilizarse contra la importación de vertidos desde Gipuzkoa.

VERTEDERO LAPATX EN AZPEITIA. 20160118. MIKERL FRAILE.

VERTEDERO LAPATX EN AZPEITIA. 20160118. MIKERL FRAILE.

No sabemos si es la Diputación Foral quien pide auxilio a Cantabria, o si es Cantabria quien se ofrece a Gipuzkoa para solucionar el marrón de la empresa pública MARE. En cualquier caso, la decisión de la consejería de Medio Ambiente de Cantabria implica la importación de los denominados residuos de “fracción resto”, “errefuxa” en euskera. Es decir, aquellos residuos que no han sido separados convenientemente, y cuya composición es muy diversa entre materiales orgánicos e inorgánicos de diferente procedencia.

Estos residuos de “fracción resto” serían transportados diariamente y durante cuatro años, por las carreteras de Gipuzkoa, Bizkaia y Cantabria, unos 177 kms, por unos 25 camiones de gran capacidad hasta el vertedero de Meruelo.

El caso es que este planteamiento para solucionar problemas en la gestión de residuos resulta muy alejado del sentido común y contraproducente para el medio ambiente. Es contrario, además, al principio de autosuficiencia y proximidad del Plan Nacional de Residuos, y de la Directiva Marco Europea de Residuos.

Es reclamable por lo tanto que se hable claro, y que se informe del tratamiento que deben tener en el complejo de Meruelo, pues la norma que permite el traslado entre autonomías también obliga a un seguimiento en el tratamiento adecuado de tales residuos. No es concebible que un tipo de residuo que ha sido separado para su valorización se eche al vertedero de Meruelo sin seguir los protocolos adecuados.

El Plan Regional de Residuos de Cantabria fuente de creación de empleo

EQUO Cantabria no tiene nada que objetar a que se lleguen acuerdos para resolver las necesidades urgentes de Gipuzkoa, pero obvio es que tales medidas sólo se justifican por su carácter excepcional. Prolongar  esta situación durante cuatro años es a todas luces insostenible ambientalmente y contrario a la prudencia. Una prudencia que obliga al buen gobierno sobre la base del interés general, y que en materia de residuos significa que hay que adecuar los recursos a las necesidades. O dicho de otra manera, no se trata de generar nuevos vertidos para satisfacer los problemas empresariales de MARE. Los problemas de MARE hay que solucionarlos por otra vía, pues no es concebible que puedan salvarse los puestos de trabajo con una inyección temporal de ingresos para que dentro de cuatro años vuelva a suscitarse otra vez el mismo problema. La planificación de los residuos en Cantabria no debe estar condicionada por esta situación ni por el convenio con Guipúzcoa.  No debe aceptarse que la gestión de los residuos sea tratada como un mero negocio, sin planificar ni anticiparse a los problemas serios que este tipo de medidas puede causar a la gestión de los residuos de Cantabria.  

Nuestros indicadores en materia de prevención, reutilización y reciclado de residuos son deficientes, muy alejados de la normativa europea. El sistema de recogida es mejorable, y la valorización de los residuos debe ir dirigida a la eficiencia energética y no la incineración que provoca contaminación y riesgos para la salud. La prohibición de los vertederos aprobada por el parlamento europeo para el 2.020 es una medida que implica reformas serias en el tratamiento de los residuos de Cantabria que deberían estar sobre la mesa. El reto es elaborar el Plan Regional de Residuos para mejorar la calidad en la gestión y el tratamiento de los residuos, con objetivos ambiciosos. Tenemos la convicción de que este tipo de medidas son una fuente de creación de empleo y que es justamente ahí donde puede estar la salvación de empresas como MARE.


Comunicado conjunto de EQUO Cantabria y EQUO Gipuzkoa