
Adjuntamos foto sobre la reunión celebrada por EQUO Cantabria para poner en común y debatir los diferentes puntos de vista sobre cómo afrontar los fuegos que han asolado nuestro entorno. En esta sesión, clarificamos algunos criterios que pensamos deben integrarse en las acciones políticas que se acomentan desde el gobierno regional a corto y medio plazo, ya que esta vez los incendios fueron como siempre sofocados, pero también como siempre en las próximas suradas de febrero y marzo se volverán a registrar cerillazos anónimos que no deben quedar impunes.
Al amparo de las “tradiciones” o las “subvenciones” o ambas juntas se justifican algunos los “cerillazos”. Frente a ambas justificaciones hay que dar alternativas económicas y ecológicas viables y comprensibles para todos los sectores implicados, pero principalmente para el de los ganaderos, que son los principales protagonistas de estas desafortunadas historias de destrucción y pérdida. Pérdidas económicas y de biodiversidad en cuantías que nuestro entorno no se puede permitir.

Tradicionalmente el fuego se ha utilizado como un método de limpieza. Para luchar contra estos métodos interiorizados desde hace generaciones es necesaria una reeducación así como mostrar la rentabilidad económica de procesos alternativosa la quema como pudiera ser la pelletización. Hay que valorizar los residuos como biomasa y optimizar su rentabilización.
Otra necesidad para nuestro entorno es planificar la carga ganadera y delimitar las hectáreas de pasto necesariaspara una ganadería profesional y sostenible así como ir delimitando las zonas de matorral que son imprescindibles a preservar con la finalidad de propiciar que se generen nuevos bosques.
Es necesario acabar con la cultura del fuego. Una propuesta para ir erradicando de nuestras “crónicas negras” los fuegos “rentables” sería aplazar el cobro de las ayudas por las hectáreas aprovechables perdidashasta 2 años después de ocurrido el incendio, con la finalidad de que las juntas vecinales, gestoras de los pastos comunales, puedan presentar un plan de medidas para evitar futuros incendios.

Otra propuesta sería crear una cuadrilla de agentes del medio natural específica para la vigilancia y prevención de incendios. Una medida con un coste asumible que pondría nombres y apellidos a alguno al menos de los cerillazos que año tras año ennegrecen entornos naturales de valor incalculable causándoles un daño irreparable.
Es necesario así mismo agilizar la elaboración y puesta en práctica de un Plan Regional de Ordenación del Territorio ambicioso, vigilante y garante de la biodiversidad de nuestra comunidad.Es necesaria una labor política que fructifique en una normativa que por fin pueda responsabilizarse de la conservación y preservación de nuestro entorno de forma justa, sostenible, realista y enriquecedora para la ciudadanía y nuestro hábitat natural.